Estas vacaciones de Navidad unos buenos amigos viajaron a Italia y nos trajeron un regalo que me encantó. Una forma genial de crear sinergias con artesanos locales, potenciar un producto de calidad y darle un extra de valor.
Se trata de las botellas de aceite extra virgen de Frantoio Muraglia. Una empresa familiar que va ya por la quinta generación y que producen aceite de una forma artesanal, recogiendo las aceitunas a mano, prensándolas en frío a la piedra en su molino particular. Esto les permite cuidar hasta el último detalle de la producción, obteniendo un aceite espectacular.
Pero además de cuidar el contenido, se preocuparon también del continente. Y qué mejor que buscar en lo que toda la vida se ha venido haciendo en la región. Savino Muraglia recuperó talleres de cerámica para que crearan para él unas botellas muy especiales para almacenar su aceite. Botellas preciosas, de colores, que se convierten ellas mismas en un objeto de colección.
Un aceite extraordinario y una pieza de cerámica artesanal en uno. ¿No es fantástico?
Etiquetas: cerámica

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